DECIDO CREER .

DECIDO CREER . 

    Sabías que si la gravedad fuera un poco mayor o menor nos colapsaríamos,  no habría estrellas ni planetas, por lo tanto la gravedad tiene la fuerza exacta y necesaria, sin la gravedad no existiría la vida. Todo lo que nos rodea esta perfectamente creado, ésto hace lógica en que existe un creador, alguien que nos hizo y formó todo lo que hay.
      A partir de un pequeño pensamiento de amor, fe y creencia pueden surgir cosas maravillosas e increíbles y pueden suceder milagros.
Algunos emplean la palabra "fe" para designar la doctrina religiosa a la que adhieren o la iglesia a la que pertenecen. Otros la usan para indicar creencia, convencimiento o confianza. Otros, para referirse a sus convicciones cuando carecen de pruebas que las fundamenten.

¿Qué significa para ti vivir según la fe? 
     Comienza a indagar dentro de ti, a pasar menos tiempo afuera, en la sociedad llenándote de la televisión, de la radio, del contenido barato, violento y absurdo  que vemos en las redes sociales, en los periódicos, etc. 
     Comienza a ser tu propio investigador, a no tener solo una profesión, un oficio, si no a especializarte  en ser  tu propio investigador, una persona que camina por la vida haciéndose preguntas, no solo en los aspectos técnicos y científicos  si no los espirituales, los propósitos de  la vida y del porque estas aquí, de tu origen, de tu esencia. 

   Hay mucha gente que piensa que para tener fe es necesario ignorar la razón, por ejemplo decir que “ Soy demasiado inteligente para  creer eso o no creer  y embabucarme en eso de la fe”.
    Todos debemos de experimentarla, la fe es una experiencia  real en nosotros, la pregunta aquí no es si tenemos fe o no, si no más bien ¡En qué tenemos fe y hasta qué punto?! Todos creemos en algo.


   La aplicación de la fe en mi vida y con mis relaciones personales y sociales  me han permitido confirmar  con veracidad que las promesas de Dios para mi vida existen, y también para la tuya si lo crees y lo permites.

    Darnos cuenta que a ninguno de nosotros nos gusta que “nos saquen los trapillos al sol” o que  “la ropa sucia se lava en casa” los momentos difíciles hacen que saquemos a la luz nuestro lado oscuro, carnal, pecaminoso, pero que en medio de esa oscuridad esta la transformación a la luz, al amor, al ser.

     Aprendí que los resultados negativos no son necesariamente fracasos, si no que son aprendizajes que me llevan a madurar,  que son las respuestas a preguntas que no tenía en mi mente por estar enfrascada en un objetivo. 

    Preocuparse por los problemas es tener en el centro de nuestra mente el problema, en cambio cuando ponemos en el centro de nuestra mente a Dios, a los ángeles, los recuerdos divinos y celestiales están a disposición para dar respuestas a las diferentes circunstancias externas y que tienen consecuencias. 

   Aprendí que la competencia real inicia  en tu mente  cuando los argumentos egoístas del yo, reclaman sus derechos, es decir la carne vs el espíritu. 

   Vamos por la vida buscando recetas mágicas, remedios rápidos y eficaces para solucionar nuestro malestar o insatisfacción. 

    Por ejemplo, cómo mujeres buscamos vernos siempre bien. Aún a pesar de muchas veces no sentirnos bien por dentro o con nosotras mismas.
     Preferimos mil veces vernos a la moda, maquilladas o cómo tú lo prefieras pero vernos bellas, hermosas, divas, para no mostrar nuestra debilidad, nuestra herida.

    Solamente que en nuestras vidas suelen a ver etapas qué no son tan bellas, que duelen, que enferman o dejan cicatrices.
     La belleza comienza en el interior, aprender a amarnos, aceptarnos cómo somos, a valorarnos, a sentirnos plenas.
    Ojalá nuestra felicidad fuera tan real como lo aparentamos en redes sociales, nuestra vida perfecta aparentemente. 

    Las cosas muchas veces son apariencias, por que naturalmente el ser humano, busca un status, una identidad dentro de la sociedad, un trabajo, una casa, ser reconocido, tenemos más hambre del éxito, del poder, de ser alguien, de sobre salir, de marcar a la sociedad.
    Y no está del todo mal, buscar eso, lo malo es cuando entras en querer aférrate a eso a costa de lo que sea y de quien sea.

    Queremos tener el cuerpo perfecto, la cara perfecta, la mejor casa, el mejor auto, la ropa más cara, en fin. 

   Eso no funciona si no somos felices con nosotros mismos, en donde estamos y con lo que estamos haciendo. 
A continuación surgirán algunos cuestionamientos para que honestamente los contestes, con la finalidad de crear y evolucionar en conciencia. 

En resumidas cuentas.
 ¿Por dónde estamos buscando nuestra Belleza, enfocada en lo físico, en lo emocional, espiritual?
 ¿En la apariencia externa y nada más?
 ¿Y qué de nuestra belleza interna?
 ¿No lucharíamos igual por embellecernos interiormente, por quitar las manchas internas?
 ¿De qué nos serviría?

     Si comenzamos a fijarnos en eso, nos daríamos cuenta de que, ya no pasaríamos más tiempo atrás de un teléfono o computador usando retoques y filtros, de querer aumentar nuestros seguidores o circulo social, nos daríamos cuenta  de que, si nos enfocamos más en la belleza interior no habrían tantas operaciones estéticas, tantos productos antinaturales que usamos en nuestro cuerpo, o productos y vacunas creadas a base de cepas animales y humanas, nos daríamos cuenta de que vamos modificando nuestra esencia con tal de vernos aparentemente bellas, y dejamos de ser quienes somos. 
     Existiría menos rivalidad, menos crítica, menos división, menos envidia, menos competencia, menos egoísmo, menos depresión y ansiedad, menos muertes. 

     El único modo de construir y avivar la fe es por medio de la elección, el que tu decidas hacerlo, dar esos pequeños pasos, para después dar pasos mayores hasta que tu fe sea tan grande que puedas dar grandes saltos en lo desconocido sabiendo que el creador esta contigo siempre. 

  Querida quiero decirte que sin fe no puedes caminar por este camino espiritual.


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